Hola:
¿Qué tal estás? Mejor no me lo digas. Ya lo sé.
¿Sabes? Estoy participando en un concurso de cartas de amor que se organiza en el instituto porque dentro de poco será San Valentín. Tengo que escribir a alguien al que quiero, al que amo, y aunque no sé todavía lo que siento por ti, he decidido escribirte y que seas tú mi motivo para participar.
¿Sabes? Quiero a mucha gente. Pero a veces siento algo de vacío en esas relaciones, algo que me impide disfrutar plenamente los momentos compartidos con cada una de esas personas a las que quiero. ¿Cuál es el problema?, te estarás preguntando. El problema eres tú, ya que todo comienza en ti. Si no te entiendo a ti, si no te comprendo, si no te valoro, me siento perdida, no sé qué camino tomar, cómo reaccionar, cómo comportarme, cómo ser mejor persona, y en definitiva, cómo querer y amar plenamente a los demás. Durante mi infancia no te conocía, aunque siempre estabas ahí. Ahora en la adolescencia me he dado cuenta de que existes y durante mucho tiempo he estado enfadada contigo. Pero no quiero seguir enfadada. Siempre estaré contigo y haré un esfuerzo para que todo salga bien.
Me tengo que despedir. Las normas del concurso dicen que esto solo puede ocupar una cara. Sin embargo, no te puedo dejar sin decirte que haré todo lo posible, durante el resto de mi vida, para hacerte ver la realidad, para valorarte, para enseñarte a valorar a los demás y sobre todo para enseñarte a querer y a amar plenamente.
¡Hasta siempre!
Una parte de ti.
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